martes, 7 de octubre de 2014

El cliente no tiene la razón, mi patrón sí

Cliente es agredido por guardias de seguridad de una empresa de telefonía móvil

En Paraguay no se aplica la frase: el cliente tiene la razón.
Pongamos un ejemplo un poco más pequeño que lo ocurrido en el local de telefonía: Don Pedro abre su despensa todos los días de 7:00 a 12:00 y de 15:00 a 21:00. Como es una despensa de barrio, está acostumbrado a trabajar con la famosa libreta. Si un cliente llega a las 20:59 a la despensa de Don Pedro, y lo encuentra cerrando su persiana metálica, Don Pedro se detendrá porque este cliente recién llegado está acercándose a pagar su libreta o en su defecto a hacer una compra, atenderá a este cliente y cerrará.

Los guardias de seguridad solo están cumpliendo órdenes. Si el/la gerente del local no reaccionó es porque el/la mismo/a dio órdenes de que se cierre en ese horario. Ahora: La violencia con la que accionaron los guardias de seguridad es algo imperdonable. Un cliente no es un delincuente. No se le puede sacar a la fuerza a una persona que va a PAGARTE. Una persona que llega a aportar para tu sueldo y vos lo sacás a la fuerza. Es una vergüenza. Y una carta de disculpas por parte de la empresa en este caso no basta, mucho menos cuando la integridad física de este cliente estuvo en riesgo al quebrarse el blíndex de la puerta a consecuencia de la violencia del guardia de seguridad. (El guardia de seguridad está para velar por la seguridad de la empresa y los  clientes dentro del local, no para agredir a los clientes).


Por otro lado, no puedo dejar de decir preguntarme: ¿Por qué pico Paraguay a última hoooora? Hoy en día con la cantidad de facilidades que tenemos gracias al avance de las diferentes tecnologías, no podés decir que no tenés tiempo para pagar tus cuentas, y mucho menos tú factura de teléfono que podés pagar en el súper, en algunas cabinas, en librerías, en los shoppings, etc… Hay miles de lugares habilitados para pagar la factura y creo que tampoco era como para aferrarse a la puerta del local como si fuese de vida o muerte. Llegó también sobre la hora el tipo. Pero bué. Entre empresas que no les preocupan los clientes y paraguayos acostumbrados al última hora, avanzaremos a paso de tortuga. 

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